Al igual que en la vida de cada uno de nosotros, en Bereshit nace el mundo. Lo que sigue después del nacimiento es vivir, con todo lo que esto implica, un largo recorrido donde pasa de todo. El relato de la Tora así lo demuestra, cada uno de los que leen estas líneas, solo por vivir, sabe que así es. Y después de tanto caminar, aprender, caerse y levantarse llega el final.